Se suele considerar que la ética de la donación de órganos descansa en la voluntariedad, esto es, en el consentimiento de los individuos a donar. Los modelos de consentimiento para la donación se dividen habitualmente en dos tipos: inclusión (en inglés: opt-in), cuando el individuo expresa su deseo de ser donante, y exclusión (en inglés: opt-out), cuando el individuo expresa su rechazo a ser donante. Estos dos modelos de consentimiento también son descritos por la naturaleza del mismo: consentimiento explícito en el primer caso (opt-in) y consentimiento presunto en el segundo (opt-out). Este último significa que todos los fallecidos son considerados como presuntos donantes a menos que hubieran expresado en vida su rechazo a donar. Los modos de expresión del consentimiento o del rechazo varían según los países: registro, carné de donante, voluntades anticipadas, comunicación oral a los allegados. Ahora bien, ¿qué pasa cuando el fallecido no expresó de ningún modo sus preferencias? El primer objetivo de esta línea de investigación es analizar con el mayor detalle posible cómo funcionan estos modelos, tanto en la práctica como en teoría, examinando sus similitudes y sus diferencias en diferentes situaciones (por ejemplo cuando el fallecido no se expresó ni a favor ni en contra de donar) y en varios países. El segundo objetivo es investigar de manera empírica el conocimiento y las actitudes del público hacia esos modelos y examinar los resultados desde la perspectiva ética.
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Autores/as
Janet Delgado-Rodríguez Alberto Molina-Pérez David Rodríguez-Arias |